Para el estudio de la cardiopatía coronaria, la ecocardiografía basa su análisis en la visualización del grosor y desplazamiento de los segmentos y paredes del VI, del engrosamiento sistólico, y del grado de ecogenicidad de los segmentos comprometidos.


Cuando hay un infarto constituido, el o los segmentos afectados están acinéticos o con hipocinesia severa, adelgazados, sin engrosamiento sistólico y ecodensos. Esto constituye una cicatriz de un infarto, que puede ser reciente o antiguo.

 

Si el infarto es incompleto, es decir, hay músculo recuperable, hay acinesia o distintos grados de hipocinesia, sin adelgazamiento completo, sin engrosamiento sistólico y con grados variables de ecogenicidad aumentada de los segmentos comprometidos.

 

Los segmentos y paredes del VI se vuelven acinéticos cuando apenas el 25% o más del grosor de la pared sufre una necrosis, es decir, un territorio acinético pero no adelgazado puede tener viable o no infartado el 75% de su grosor. Aparte del diagnóstico de cardiopatía coronaria a través de la disfunción sistólica segmentaria, la ecocardiografía da el grado de extensión y severidad de la cardiopatía coronaria al señalar la cantidad de segmentos afectados (de un total de 17 segmentos en que se divide el VI) y cuáles son los segmentos alterados para correlacionarlos con la arteria coronaria que habitualmente los irriga. Esta información ya es útil para planificar el tratamiento y el pronóstico de este paciente. Si la gran mayoría de los segmentos del VI están acinéticos, adelgazados y ecodensos el tratamiento probablemente será manejo médico y el pronóstico será malo. Por el contrario, si hay acinesia extensa pero con grosor conservado y muy pocos segmentos adelgazados significa que hay mucho miocardio viable, recuperable y si además el paciente está sintomático por angor o insuficiencia cardiaca, requerirá de un estudio invasivo para evaluar el estado de sus vasos coronarios y la severidad de las lesiones para planificar procedimientos de revascularización percutánea o quirúrgica.

 

Por recomendación de las sociedades de imagen y de cardiología, fue realizada una estandarización del estudio de la segmentación miocárdica entre los varios métodos de imagen del corazón. EL ventrículo izquierdo es subdividido en 17 segmentos y puede ser representado por el gráfico del tipo bull ́s eye o mapa polar.

 

En esta representación, encontramos tres planos de corte: el basal, medial y apical. EL basal estará representando los segmentos de 1 la 6, siendo estos, respectivamente, el anterior basal, anteroseptal basal, ínferoseptal basal, inferior basal, ínfero-lateral basal y el antero- lateral basal. EL medial estará representando los segmentos de 7 la 12, siendo estos, respectivamente, el anterior medial, anteroseptal medial, inferoseptal medial, inferior medial, ínfero-lateral medial y el antero-lateral medial. EL apical estará representando por apenas cuatro segmentos de 13 la 16, siendo estos, respectivamente, el anterior apical, septal apical, el inferior apical y el lateral apical. EL segmento 17 es el ápex, segmento estudiado apenas en los ejes largos del VI.

 

Además de este mapa polar, se ha establecido una relación entre los territorios coronarios y los segmentos del VI. Los segmentos 1, 2, 7, 8, 13, 14 y 17 están relacionados a la coronaria descendente anterior (DA). Los segmentos 3, 4 y 10 están relacionados a la coronaria derecha (CD). Los segmentos 9 y 15 pueden estar siendo irrigados por la CD o por la DA. Los segmentos 5 y 11 pueden estar siendo irrigados por la coronaria circunfleja (Cx) o por la CD. Y los segmentos 6, 12 y 16 estarán siendo irrigados por la Cx o por la DA . Tal segmentación obedece los estándares de dominancia más frecuentes, siendo apenas un guía para la real distribución coronaria que puede ser individualizada.

Tema 1.6. Evaluación de la contractilidad regional

Bloque 1 Ecocardiografía

Curso de ecografía en UCI

Inicio

Bloques

Calendario

Casos clínicos

Vínculos

Foro y Sugerencias

Chuletario

Free Web Hosting